Comprar un inmueble en una subasta puede ser un buen negocio ya que su precio de adquisición por norma general suele ser muy inferior al de mercado.
VENTAJAS E INCONVENIENTES DE COMPRAR EN SUBASTA
El problema es que para acceder a una subasta de estas propiedades se deben cumplir ciertos requisitos.
El primer requisito es que para pujar por un piso en una subasta se debe hacer un depósito por el precio mínimo de venta, por lo que es necesario ser una persona solvente.
Además, existe el riesgo de perder el depósito, si el ganador de la puja no paga o incumple el plazo del pago, siempre y cuando sea el comprador final.
El segundo requisito para participar en este tipo de subastas es que la persona no debe ser declarada insolvente, ni estar sujeta a intervención judicial o haber sido inhabilitada.
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Por ello, si se dispone del dinero inicial para pujar, antes de tomar la decisión conviene valorar distintos aspectos:
- El tipo de subasta, es decir, si se subasta la nuda propiedad de un piso, una parte indivisa del inmueble, porque la propiedad pertenece a varias personas o el derecho completo de la vivienda.
- Realizar un análisis del expediente del inmueble que se subasta, es decir, consultar si recae algún tipo de carga o notificación legal sobre el inmueble.
- Visitar la propiedad subastada, para comprobar su estado y asegurarnos de que no está ocupado.
No podemos olvidar que el comprador que se adjudica una casa subastada se está subrogando en el procedimiento judicial que ha ejecutado ese inmueble, esto quiere decir, que detrás de este tipo de operaciones pueden existir infinidad de problemas legales.
Por ello, para que este tipo de operaciones sean una buena oportunidad, conviene tener unos conocimientos mínimos sobre derecho registral y sobre cómo funcionan este tipo de procedimientos judiciales, a fin de minimizar los riesgos.
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de la Redacción

Esta madre, junto con sus dos hijas, malviven desde junio sin ingresos porque la Xunta de Galicia la ha sancionado durante seis meses sin la renta que percibía de inclusión social. 
La razón parece ser que tiene que ver con las retenciones de IRPF, es decir, la parte de la pensión que todos los meses Hacienda se cobra por adelantado.
El IRPF es un impuesto de escala progresiva, es decir, que aumenta su porcentaje cuando se aumenta lo que se gana. Por ello, los pensionistas que accedieron a su pensión a mediados de 2018, el algoritmo les calculó una retención distinta de la que les ha calculado ahora para 2019, por lo que la pensión neta que llegue a su banco en 2019 puede ser inferior a pesar de que la pensión en sí haya aumentado.