Desde hace un tiempo han aumentado los problemas del scoring, por culpa de los ficheros de morosos. Una herramienta que nacía para identificar a aquellas personas que no pagaban sus deudas, se ha convertido en una forma de coacción que roza la ilegalidad.
¿Cómo salir de un fichero de morosos?
Son muchas las multinacionales que se aprovechan de esta herramienta para obligar a sus clientes a pagar facturas equívocas, excesivas o incluso falsas en más de una ocasión. Además, ya han aparecido varios casos de suplantación o error de identidad.
Efectos de la inscripción
A lo largo de la vida, la mayor parte de la gente realiza muchas operaciones de crédito, desde una tarjeta de crédito hasta una hipoteca, pasando por un crédito para emprender una actividad o un préstamo para unas vacaciones, una reforma o un coche.
Estar en una lista de morosos supone que nuestra oferta de préstamos se vea muy reducida, pues la mayoría de las entidades se negará a financiarnos si aparecemos en un registro de morosos. De hecho, cualquier entidad antes de otorgarnos financiación, lo primero que hará es comprobar si nuestro nombre aparece inscrito en un registro de estos.
¿Cómo puedo salir?
La Ley Orgánica de Protección de datos contempla distintas que protegen tus derechos, y permiten salir de estos registros sin necesidad de pagar la deuda, como la Ley de Segunda Oportunidad.
También es muy común que el propio fichero, haya cometido algún tipo de error. Esto sucede cuando sabemos que no debemos nada a nadie, pero nuestro nombre figura en alguno de estos ficheros, o bien por alguna desavenencia con alguna compañía, el clásico error o incluso la suplantación de nuestra identidad. En este caso, deberás probar el error administrativo a la empresa que gestiona el fichero de morosos o incluso acudir a los juzgados, a fin de hacer valer tus derechos.
Por último, si el importe no es muy elevado, tienes la posibilidad de pagar la deuda y, a continuación, solicitar la cancelación de tus datos al responsable del fichero para que te elimine de él.
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de la Redacción
En 2015, cuando CaixaBank le concedió el crédito y sumó la prima única del seguro al total del préstamo, Cristina, que no puede trabajar por una invalidez total, vio al comercial de su banco como un salvador.
La novedad de esta sentencia es que el juez sanciona cómo se contrató el seguro en la práctica. El seguro y el préstamo se habían contratado aparentemente por separado, pero en realidad el seguro se había pagado de una vez, a Vida Caixa, entidad del mismo grupo que el banco, y financiado con una extensión del crédito. Así, Cristina, como también Jorge, estaban pagando intereses por un seguro, lo cual es completamente ilegal.
En esta ocasión, el afectado ha sido a Pedro, a quién su banco le dio una de estas famosas tarjetas revolving que ofrecen dinero rápido con intereses muy elevados. Estas tarjetas han provocado que miles de familias se vean envueltas en una espiral de deudas de donde no parece que exista salida.
Durante un tiempo, Pedro fue abonando las mensualidades tanto del préstamo personal como de la tarjeta revolving hasta que vio que los intereses eran desorbitados y que su deuda no disminuía nunca y, decidió ponerlo en manos de un abogado.